(Milan, 1847 - West Orange, 1931) Inventor norteamericano,
el más genial de la era moderna. Junto a la trascendencia de sus invenciones,
que se tradujeron en una importante contribución al desarrollo industrial de su
país y a la mejora del bienestar y de las condiciones de vida de millones de
personas, la figura de Edison sobresale como modelo de tenacidad, como ejemplo
del valor del esfuerzo y del trabajo incesante por encima del talento innato y
la inteligencia. "El genio es un diez por ciento de inspiración y un
noventa por ciento de transpiración" es quizá su frase más célebre.
La inteligencia del joven Edison, que era alérgico a la
monotonía de la escuela, despertó gracias a su madre. El milagro se produjo
tras la lectura de un libro que ella le proporcionó titulado Escuela de
Filosofía Natural, de Richard Green Parker; tal fue su fascinación que quiso
realizar por sí mismo todos los experimentos y comprobar todas las teorías que
contenía.
A los doce años, sin olvidar su pasión por los experimentos,
consideró que estaba en su mano ganar dinero contante y sonante materializando
alguna de sus buenas ocurrencias. Su primera iniciativa fue vender periódicos y
chucherías en el tren que hacía el trayecto de Port Huron a Detroit.
En los años siguientes, Edison peregrinó por diversas
ciudades desempeñando labores de telegrafista en varias compañías y dedicando
su tiempo libre a investigar. En Boston construyó un aparato para registrar
automáticamente los votos y lo ofreció al Congreso. Los políticos consideraron
que el invento era tan perfecto que no cabía otra posibilidad que rechazarlo.
Ese mismo día, Edison tomó dos decisiones.
A los veintinueve años compró un extenso terreno en la aldea
de Menlo Park, cerca de Nueva York, e hizo construir allí un nuevo taller y una
residencia para su familia. Su principal virtud era sin duda su extraordinaria
capacidad de trabajo. Cualquier detalle en el curso de sus investigaciones le
hacía vislumbrar la posibilidad de un nuevo hallazgo. Recién instalado en Menlo
Park, se hallaba sin embargo totalmente concentrado en un nuevo aparato para
grabar vibraciones sonoras.
Edison trabajó día y noche en el proyecto y al fin, en
agosto de 1877, entregó a uno de sus técnicos un extraño boceto, diciéndole que
construyese aquel artilugio sin pérdida de tiempo. Al fin, Edison conectó la
máquina. Edison acababa de culminar uno de sus grandes inventos: el fonógrafo.
En abril de 1879, Edison abordó las investigaciones sobre la
luz eléctrica. La competencia era muy enconada y varios laboratorios habían
patentado ya sus lámparas. El problema consistía en encontrar un material capaz
de mantener una bombilla encendida largo tiempo. Después de probar diversos
elementos con resultados negativos, Edison encontró por fin el filamento de
bambú carbonizado.
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